Leer con baja visión puede ser frustrante o agotador. Pero con los ajustes y herramientas adecuadas, muchas personas recuperan la comodidad, la velocidad y el placer de la lectura. Este blog comparte estrategias concretas y actualizadas que cualquier persona con baja visión así como cuidadores, docentes y familiares puede aplicar de inmediato. Para una visión más amplia, consulta nuestro blog sobre lectura accesible.
Comprender qué significa “personalización”
Cuando hablamos de personalizar la experiencia de lectura para personas con baja visión, nos referimos a adaptar cómo se muestra el texto o el contenido: tamaño, contraste, diseño, entorno de lectura y dispositivos o herramientas utilizadas.
El objetivo no es imponer una configuración fija, sino permitir que cada persona personalice su propia experiencia.
La personalización puede incluir cambiar el tamaño o espaciado de la fuente, elegir temas de color, ajustar la iluminación, usar ampliación o software asistivo, reposicionar el texto o incluso combinar modos visuales y auditivos.
Como cada persona tiene una visión distinta, lo que funciona mejor varía. Experimentando y combinando estrategias, puedes crear una configuración de lectura menos cansada y más eficaz.
Elegir configuraciones óptimas de visualización del texto
Una de las personalizaciones más simples pero poderosas es ajustar cómo se muestra el texto en pantalla o en papel. Aquí tienes configuraciones clave que puedes probar:
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Tamaño de fuente y espaciado de líneas: Fuentes grandes (alrededor de 18 puntos o más) y espaciado de 1.5 reducen la fatiga visual.
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Estilo de fuente: Usa tipografías limpias sin serifas como Arial o Helvetica y evita fuentes decorativas o en cursiva.
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Contraste y tema de color: Prueba texto claro sobre fondo oscuro, oscuro sobre fondo claro o fondos de color suave.
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Márgenes y ancho de línea: Líneas más estrechas ayudan a seguir el texto con mayor facilidad.
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Modos de lectura y pantallas simplificadas: Muchas aplicaciones o navegadores tienen modo lectura que elimina distracciones y permite controlar el diseño.
A medida que pruebes estos ajustes, pregúntate si pierdes el lugar con frecuencia o si tus ojos se cansan rápidamente. Ajusta un parámetro a la vez hasta encontrar el equilibrio ideal y guárdalo como tu configuración predeterminada. Puedes cambiar de modo según la iluminación o el contexto.
Mejora las condiciones físicas de lectura
Tu entorno puede determinar si leer es cómodo o agotador. Aquí tienes formas de mejorar tu espacio físico:
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Iluminación: Usa una lámpara brillante y regulable que ilumine la página o pantalla sin reflejos. Evita la luz detrás de ti o reflejos directos.
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Reduce reflejos: Usa superficies mate o antirreflectantes y coloca los libros o pantallas en ángulos que eviten la luz superior.
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Tifoscopios o marcos de lectura: Son tarjetas con una ventana recortada que ocultan el texto alrededor, ayudando a concentrarte en una línea a la vez.

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Posición y distancia del texto: Coloca el material de lectura a una distancia cómoda y con el ángulo adecuado para reducir la distorsión.
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Descansos frecuentes: Aplica la regla 20-20-20 (cada 20 minutos, mira a 6 metros de distancia durante 20 segundos).
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Usa un soporte o atril: Si sostener el libro te causa fatiga o incomodidad, usa un soporte que mantenga el texto al ángulo correcto.
Usa herramientas ópticas y digitales de ampliación
Cuando el texto es demasiado pequeño o borroso, las herramientas de ampliación son clave. Según tu visión y tipo de lectura, puedes preferir herramientas ópticas o digitales.
Ayudas ópticas
Las lupas de mano, de apoyo o de página completa amplían el texto para tareas rápidas o prolongadas. También existen lentes telescópicas que se colocan sobre las gafas. Sin embargo, a ampliaciones muy altas, el campo de visión se estrecha y algunas personas encuentran las ayudas ópticas menos prácticas. Esto se discute en investigaciones como Reading with Digital Low Vision de la Universidad de Minnesota.
Ampliadores electrónicos y digitales
Los ampliadores de video (también llamados CCTVs) colocan la página bajo una cámara y muestran el texto ampliado en pantalla. La evidencia indica que muchas personas logran leer durante más tiempo con estos dispositivos. Consulta estudios clínicos sobre ayudas electrónicas en PubMed y revisiones generales en PMC. El software de ampliación de pantalla, las pantallas portátiles y los sistemas con seguimiento ocular añaden aún más flexibilidad.
Elegir y ajustar software de lectura asistida
Las herramientas de software ofrecen una flexibilidad que las ayudas ópticas no pueden igualar. Para aprovecharlas al máximo:
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Ampliadores de pantalla: Aumentan el texto en tu computadora o tablet, a veces mejorando el contraste y la suavidad del texto.
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Lectores de pantalla: Leen en voz alta todo el contenido textual y los elementos de la interfaz, esenciales cuando el acceso visual es limitado.
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Opciones híbridas: Combinan ampliación y voz, permitiendo ver y escuchar al mismo tiempo.
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Modos de lectura o pantallas simplificadas: Eliminan distracciones (como anuncios o barras laterales) y te permiten controlar diseño, fuente y color.
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Sistemas adaptativos o basados en la mirada: Ajustan el contenido según tus movimientos o atención, como en GazePrompt.
Al elegir software, considera su facilidad de uso, compatibilidad con archivos (PDF, EPUB, web), capacidad de personalización y respuesta fluida. Prueba diferentes niveles de zoom, suavizado, seguimiento del cursor y velocidad de voz hasta que el flujo de lectura sea natural.
Hacer accesibles imágenes, gráficos y álbumes de fotos
Un consejo que puede completar tu experiencia de lectura: muchas personas con baja visión acceden bien al texto, pero las imágenes, gráficos y materiales visuales siguen siendo un reto.
Una forma práctica de hacerlo accesible es Speechlabel, una herramienta que permite grabar descripciones de audio breves para materiales físicos.
Solo coloca una pequeña etiqueta (como un código QR o etiqueta NFC) junto a una imagen o gráfico, graba una descripción corta y escanéala después con tu teléfono para escucharla.

Esto es útil en aulas (para diagramas y mapas), oficinas (para gráficos y procesos) o en casa (para álbumes familiares). Combina muy bien con lupas y modos de lectura, creando una experiencia visual y auditiva completa que apoya la comprensión y la memoria.